En afanosas lindes me hallo,
hermanando la llegada y la ida,
en disfunción compleja
sirviente la una de la otra,
-serenidad en la furia de mis aguas,
tibieza en el helor de mi río-,
eternizando la presencia.
El escribir mantiene al ánimo
y al sentimiento apacigua
en los raíles de la reyerta.
Entre estrofas se amortiguan,
katipulan, los anhelos
a las añoranzas continuas.
A mi karma tranquiliza
y le causa bienestar.
¿Dónde hallaré la medida
en que me pueda expresar?
¿Dónde cantar la poesía
y cultivar los estilos?
¡Recorreré los caminos
donde poderte cantar!
¿Dónde cantar a la hierba
a ese crío, al fiel amigo,
a la ortiga, al ruiseñor,
al morir aún siendo un niño,
… al sentimiento y razón.
que mantiene mi alma en vilo?
¿Dónde te pudiera hallar?
¿Dónde hallaré la medida
en que lo vivido está?