Doña Esponja y don Coral
se decidieron casar,
pero como no pudieron
llegar hasta el blanco altar,
bien fijos en una roca
les bastaba con mirar.
llegaron como invitados
todos los celenterados:
elegante,aunque confusa,
estaba doña medusa,
con su sombrilla de seda
y su vasta cabellera.
También estaba en la mesa
la equinoderma familia
de Estrellita,la traviesa,
que del cielo en un momento
llegó para el casamiento.
Un Erizo petulante,
más molesto que galante
con nadie pudo bailar
porque las iba a empuar.
Fue el padrino de la boda
don Pulpo,muy arrogante.
Y allí,en el medio del mar,
comiendo hasta más no dar,
celebraron ese instante
de la Esponja y el Coral.