Hay personas oscuras,
que hacen el mal a sabiendas,
que se complacen en humillar y en ofender
al débil y al inseguro que vive a tientas.
Personas carentes de comprensión y de bondad.
Son cínicos y no saben de caridad.
Seres nefastos que dañan a quienes rodean,
que no conocen de fe ni de amor.
Sin duda un componente de locura tienen en su interior.
Hacen un culto de sí mismos y adoran a dioses inexistentes.
Atraen con un falso halo de dulzura y de ternura,
se muestran protectores, condescendientes,
y cuando menos lo esperas,
conoces su verdadera faz,
su rostro odioso y soberbio.
Se creen dignos de juzgar a los demás
y ostentan una superioridad que no poseen.
Sí, existen y no van bajar de su falso pedestal.
Si hay ley divina algún día deberán rendir cuenta por todo el mal.
Se creen dioses, pero son sólo humanos,
aunque nadie los puede hacer desistir de su absurda creencia.
No reconocen sus falencias ni sus oscuros sentimientos.
Su mente está contaminada por extraños pensamientos.
Se atribuyen el derecho de considerar desequilibrados
a quienes no piensan como ellos,
pero el desequilibrio está en su alma
que difícilmente encuentre la calma.
Viven la vida sin creer en ningún valor.
De todo se burlan y en su cinismo atroz
no les importa si hieren causando dolor.
Nadia Estelaniz
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