Te espero, donde el silencio hace resonancia
y las paredes suenan tu nombre con presencia.
Voy buscándote donde en el día la luna duerme
y cuando el sueño se hace eterno sin verme.
Sabes que el viento se libera sin ti al total vacío
muere cual amor, como las flores si no hay rocío.
Busco tu luz, pues me impresiona la oscuridad,
amante luciérnaga, tu presencia es mi necesidad.
Menesteroso soy de tu agua para saciar mi sed,
sediento vivo de tu amor, embébame a tu merced.
Amor te espero, donde la esperanza nunca se seca
donde la lagrima no aflora, pues tú estaría cerca.
A orilla del paraíso estoy cuando recibo tu beso,
te espero mi reina, pues ya tienes mi amor confeso.
Si no estás ahora y siempre la vida no tiene razón,
sin tu amor sería inútil los latidos de mi corazón.
Autor: Alcibíades Noceda Medina