El día se desbocó como manada sonora,
de voz parlante, cayó veloz,
en medio de callejones,tranvias y sueños,
sacudió a los parques heridos.
Y curioso fué hasta las camas,
y se recostó en las despensas,
y jugó en los hornos con su difraz,
y se agitó en las sombras.
De asfixia y coraje,
y golpeó techos y se resbaló por la tarde,
Sorprendido y casi sin fuerzas,
escondido en los últimos escondites,
se dió cuenta, de que la ciudad
encendía sus faroles
Copyright 2007
2/25/07
autor: sagitaria del mar.
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