Podrán tus necias palabras transformar toda una vida entera; podrán tus ingenuas sonrisas engañar a millones de gentes haciéndoles ver lo feliz que hoy te sientes. Pero atrás, con el tiempo, quedará siempre, lo que nada, ni nadie, puede cambiar. La verdad, de toda esa vida entera, y la de esa felicidad, que por alguna razón extraña te ha abandonado y ya no sientes. Podrán tus necias palabras transformar toda una realidad bajo las sucias trampas de la verborrea. Pero la ley de la verdad delata a nuestro verdadero yo. A ese que escondemos con tanto miedo, pudor, y vergüenza. Y al que sin darnos cuenta traicionamos tan frecuentemente, con grandes dosis de ingenuidad