Baja el licor lentamente, dejando en mi garganta, el sabor amargo, de una despedida. Pues ese dia partio, a tierras lejanas. Con ella se llevo el amor la musa, de mi prosa. Pues es tanta, la tristeza que jamas amare. Mientras, las coplas sonaban, llenando la cantina, de musica y tristeza. Sono una voz,que en tinieblas estaba dijo, tambien lloro yo. Pues mi amado, se marcho, y sola, me dejo estos anillos de boda. Se hizo el silencio, en la cantina, pues lloraba la mujer. Sus lagrimas parecian,gotitas de cristal que en sus mejillas, se rompian. Y mi tristeza se fue, con el llanto de la dama. Con mi blanco pañuelo, sus lagrimas seque,sonrio la diva. Fue su sonrisa,un bello regalo y ya no lloro mas. Mi copa termine,y al compas de la musica cantamos los dos,y sus anillos al viento tiro.