Aun siento la emoción, cuando nos fundimos en el primer abrazo.
Sigue retumbando en mí pecho los latidos de dos corazones,
que en aquel momento, armonizaron también sus bellas canciones,
El frágil amor se perpetuo en el encuentro, y la gloria alcanzo.
Al fin pudimos alcanzar las estrellas con las manos.
Mis labios recogieron el amelado premio de tus besos,
esos dos pétalos de rosa en el mío suavemente reposo.
Se miraron nuestros ojos y se vieron que aun son tiernos.
Cuando tome tu rostro, mis manos se humedecieron,
al darme cuenta contra mi pecho te atraje con ternura,
y nuevamente se juntaron, los labios de esas dos criatura,
En ese encuentro, los muros de la distancia se rompieron.
En aquel momento se consolido nuestro ferviente deseo.
Nos dimos las manos y distraído emprendimos el paseo.