Estuve prendido...de un sueño imposible
durante el tiempo que duró mi ausencia,
cada esbozo de vida, cada latir de posibles
centinelas míos, en ficticias presencias.
Confié en las bestias del sagrado sacramento
en aquellos amores, que falsedad me devolvieron,
consumí horas en redactar los testamentos
esos veredictos que en la noche...me dolieron.
Traté de simular la verdad de mis sentires
en cada acto, en cada daño transumante,
volqué mis letras con la sangre y en el rimel
de alguna mujer que me mintió sus instantes,
me sumergí en ostracismos, de odios y por si acaso
creí en las doctrinas de algunas piernas mentirosas,
navegué los ríos que me sustrajron los ocasos,
permití que el dolor...avanzara sobre mis rosas,
y hoy que te encontré, donde nada es casual ni semejante,
me despojé del ropaje de hierro que llevaba,
te trasmití la química y quizás el oscilante
verbo que en tu vida, me acaricia en la mirada,
porque si de amarte...en mis momentos
al contacto puro que ya hemos mantenido,
me has hecho creer que aquello fue un silencio
y esto es despertar...a lo que a nada es parecido!