Todo un compartir de vuestras penas,
todo un coercer de llantos hondos,
no podréis mas que doler, que a ser sonrisa,
entre recuerdos, fugados en mis ojos,
no pondréis las santas dichas, todas,
que entre tus labios rojos
coloreaban cual manzanas en desvelos,
no pondréis en mi, mas tristes penas
refugiados en lo mas alto de los cielos,
no te harán caer si son ya vanas
en lo mas muerto e impetuoso, de tus anhelos,
todo es compasión que entre tus hombros
dibuja mi frente derrotada, porque es poco,
corazón, te juzgas ¡Nada!...
y me dueles en el fondo de este Amor,
que da tu frente arrodillada
a la imagen de Dios, el Creador,…
que Nos unió, un día, cuando el mundo era dorado,…
cuando toda existencia contra mi, vuelve tus ojos
-por este amor lejano-… ¡Como dos luceros que han llorado!.
EstertoR de AmoR
Mayo - 2007