Luces tan bonita, no te podemos mejorar,
hasta temo a veces tu belleza quebrantar,
a las dificultades muestras tu mejor cara,
siempre igual, como por ti el tiempo no pasara.
Te observo y estas erguida allí parada,
levemente sobre la cordillera recostada,
con agua dulce y, salada estas bañada,
guardando secretos en gélida brisa frisada.
Testigos mudos son los eternos glaciares,
cuando bestia y gente era ajeno a pesares,
hoy la historia brilla en ti como susurro.
Te hiciste grande en lomo de mulas y burros.
Y aun siendo joven, ya sabes de luces y sombras.
Patria de gauchos, hoy mi poesía te nombra,
nadie puede mejorarte, pues ya eres divina,
yo, tal cual como estas, te quiero Argentina.
Autor: Alcibíades Noceda Medina