lo observo ahí sentado,al lado de la puerta
apurando los últimos rayos de sol de la tarde,
sus ojos azules perdidos en el horizonte
entre sus manos el álbum de fotos, regalo de mi madre.
Lo miro y no veo un hombre,veo un ángel,
y agradazco a Dios que me pusiera en su camino,
como hombre,nos enseñó a practicar con el ejemplo
como padre,nos levantó con esfuerzo y con cariño.
Lo observo ahí sentado, al lado de la puerta
y recuerdo a ocho chiquillos jugando con él,
los gritos y risas alborotando el verde valle,
bellos momentos vividos que marcaron mi niñez.
Sólo Te pido Señor que tardes en llevártelo
en el Cielo ya no necesitas tantos ángeles
no me quites una parte necesaria de mi vida,
quiero tenerlo cerca, que siempre me acompañe;
atravesar deprisa el,ahora,silencioso valle
y verlo ahí, sentado al lado de la puerta
apurando los últimos rayos de sol de la tarde.