Un día decidí embriagarme de tus locuras,
Y de ellas aprendí que la cordura es un mito,
Todos tenemos algo de locura en lo que somos,
Por eso perdemos los estribos en cada beso.
Un atardecer mi embriaguez se hizo pedazos,
Quedó repartida entre tus cálidos abrazos,
Enferme de tanto amar tus fantasías extrañas,
Casi muero de tanta embriaguez insana.
Así seguí embriagándome de tus caricias,
Y el dolor corroía las sombras plateadas,
El atardecer de mi vida no me dejaba sufrir,
El bien por tanto tiempo anhelado estaba allí.
Fue al caer el sol de un día cualquiera,
Que la embriaguez me sorprendió en sobriedad,
Había subido a la montaña más alta del planeta,
Desde allí todo parecía estar hecho de miserias.
El final llegó en aquel ataúd fabricado de sueños,
El final había llegado y decidí embriagarme de paz,
En verdad que ya no estaba seguro de mis ideas,
Estaba cansado de soñar con el valor de la verdad.
AUTOR: IVAN CARRASCO AKIYAMA /PSEUDÓNIMO D_Amadore