Ya no eres, amor, quien quita el frio.
La pasión desencajó mis albedríos.
Ya no eres, amor, aquel sol deslumbrante
Hoy no te siento como antes.
Ya no soy, amor, aquel tierno infante
que sentía tus besos de amor, rutilantes.
Hoy están distantes. Tengo frio, amor.
Yo quisiera que todo fuera como antes.
Ya no tengo palabras tan vibrantes.
Ya no escribo, amor, en este instante
pues los versos que salían tan flamantes
ahora lloran, amor, a cada instante.
Aunque siento, amor, que te amo más que antes
yo no quiero, amor, un amor agonizante.
Solo miro, amor, a otras gentes.
Siento amor, que mis besos son galantes.
Ya no siento, amor, tus miradas suplicantes
Quiero que el día se acabe cuanto antes.
Ya no temo, amor, tus miradas amenazantes
Ya no quiero, amor, saber de antes.
No me importa, amor, cuantos fueron
antes de mí, tus amantes.
para ti fueron galantes
caballeros y es bastante.
Ya no quiero saber los que te hicieron
muy feliz y enamorada y se divirtieron.
Solo siento, amor, que desde el cielo
llueven mantas de agua sobre mi alma.
Yo te quiero, amor, como el primero
más no como antes. No tengo planes.
Ya no siento aquel orgullo traicionero
Ya no huelo, amor, el olor de tu florero.
Hoy me siento, amor, como un cordero
que llevan al matadero.
Igual que antes de conocerte
perdido, sólo y en desespero.
Ya no quiero, amor, que huelas nada
del olor que desparrama mi soflama.
Solo quiero, amor, que duermas calmada
en la cama, relajada y tan ajena a este poema.
Hoy no leas, amor, mis poesías malolientes.
Hoy disfruta de tu día con más esmero.
Yo no quiero, amor, hacerte mí condena
Solo quería contarte mi pena a ti, oyente.