Recuerdo amor mío que me parecías
la meta imposible que alcanzar podía,
trepando a una estrella me veía yo,
tocando los cielos, rozando el lucero,
que lucía galante su gran seducción.
Te soñaba exhausta subido al lucero
que brilla en el cielo con gran esplendor,
contemplando absorta pasaba las horas,
soñando despierta, henchida de anhelo
solo deseaba que dieras sosiego a mi corazón.
Y te contemplaba sentada en la arena,
de mi mar en calma, de mi mar serena,
soñando que un día fuera aquel lucero
que tanto quería, que tanto admiraba,
quien pusiera un aura en mi corazón.
Y seguí soñando con aquel lucero,
que extendió su aliento, y me dio su amor,
vagamos por sierras, montañas y valles,
nos dimos la mano con gran entusiasmo
y surcamos juntos los inmensos mares.
Nada es imposible para un corazón enamorado,
siento tus caricias, tus besos, te tengo a mi lado,
contemplo tus ojos, tu risa, perfumo un pañuelo,
mientra que tu boca susurra un suave te quiero
mi alma se llena de amor y de anhelo.
Chelo Álvarez.
15/05/2011
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