Poder volar,
que estupidez insensata.
Soñar,
la ilusión que nos mata.
Caballo veloz
son mis agonías,
ganadoras en todo
y perdedoras en la vida.
Eterno dilema,
si vivir o morir,
pero
¿Qué queda en el día a día?
Impermanente es nuestro ser, cuya esencia espira.
Miles de pecados,
atraviesan mis arterias.
Miles de promesas
no cumplidas.
Deseos inalcanzables
atormentan mi conciencia.
Deseos imparables
que enturbian nuestra presencia.
Siente,
Padece,
Que nada quede,
en tu alma rota.
Que tras la noche
llega el alba
Y en el mar de la incertidumbre
tras la tempestad,
la nada.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!