En los surcos de mi tez,
Te calaste en lágrima fina…
Un hombro y tres de tequila,
Me ofrecías con una sonrisa…
De aquí a la galaxia de la ola silabita.
Una mano por mi espalda…
Dibujaba una almohada…
No hay pena que dure cien albas…
El amor es quimera de cuerdos,
Me decías planchando mi cara,
Mientras equilibrabas la balanza…
Un vale para un viaje a tu cama…
Nos quisimos sin amor y con cariño…
Reventemos el colchón,
Y los muellecitos chillaban…
Y mi carne a tu cuerpo pegada,
Sudor y calentura, primero blanda y luego dura… dura…
Mientras los gallos se dejaban la garganta,
A ti te dio, por bajar todas las persianas…
Sobra con la luz de tus ojos…
Y seguimos en el cielo, bajo tierra y en cueros…
Y curaste mi llanto,
No importaba nada…
Me blindaste un “te quiero” con una “condición…”
Sobran todos los “te quiero”
No hace falta nada…
“ni llagas en los labios”
“ni piedras de escarlata”
“ni nicho, ni tierra mojada”
Que no hace falta nada.