Empieza el juego,
te abres al gran tablero
con la ficha en cabeza
te mueves con ligereza.
Aunque seguros son los pasos
porque fácil es el camino,
no lo será pasados
maduros movimientos.
Te guías por la rutina
y los pasos que viste seguir,
cuando quedan pocas fichas
es cuando aprenderás a sufrir,
comienzas a repasar
los errores cometidos,
la partida terminará
si con fallos precipito.
Me encuentro ante trivios
que me dejan con salidas,
arriesgar siempre ha sido
fácil para la gente sin tierras.
Lo es entonces fácil,
para la mayoría que juega,
pocos son de las Vegas;
ante la ley todo es grácil.
Me paro a pensar;
se que caminaré
¿pero, ha dónde iré?
me enrocaré con doncella
para asegurar mi felicidad,
avanzaré mis peones
donde caballos y torres,
nada puedan dañar.
Colocaré mis alfiles
y caballos de color
a jugar con el control,
caminaré con imperdibles
para no dejar hacienda
sin descuidada protección.
Y si me llega el jaque mate
sea por edad o enfermedad,
porque no dejaré que me gane
la vida; por error o debilidad.