Llegaste despacio, casi en silencio
con una luz, que alumbro mi noche eterna.
Llegaste,para traerme nuevos vientos
que refrescan, el letargo de mis penas.
Y esa transparencia hace que mis días
realcen la ilución de tenerte conmigo,
en tu voz reflejo, la magia de una poesía
y en tu presencia la quimera de sentirme
protegido.
Llegaste despacio y por un momento
te pensé como una insobornable lejanía,
que me acerca tenue a los sentimientos
que acelera el instante de mi lama dormida.
Y a pesar de estar sumido en grandes penas
me dejas la instancia de abrir el alma mía,
para pensarte mujer, que me alejas de condenas,
y transparentas, la oscuridad de mis días.