Este firmamento azul,
cobija mis pesares
de ansias entrelazadas.
Cielo: ¡Manto bendito!
Cubres con ahínco
dolores, penas, alegrías y anhelos.
Atosigada está mi alma en la tribulación
de una expectativa que no llega,
para deslumbrar mi corazón
sediento de esa presencia
que inflama mis sentidos.
Ser amado que se fue
y con los ángeles vives.
Firmamento diáfano:
llena mi sensatez bonancible,
para que al amanecer
se muestre su figura,
rutilante de luces,
hollando el césped húmedo por el rocío,
adosando su comparecencia
como un cisne meciéndose en el lago
con suave lentitud.
Seduce mi discernimiento
suspirando con regocijo el arribo,
en el manantial del edén… Mecha Foderé