¿Quién tiene derecho
de decirte poeta,
que no llega tu llanto
ni emocionan tus penas?
Cuando sólo interpretas
con mirar a tu lado,
tanta vida que pasa
tanto sueño frustado,
las mañanas de octubre
el amor alcanzado,
la ternura de un niño
un suspiro extraviado.
¿Quién tiene derecho
de decirte siquiera,
que tu vida es efímera
es liviana e inquieta?
Cuando alguien no sueña
ni confieza sus penas,
tiene empañada el alma
congeladas las venas.
Quien no escuche tu verso
tiene en su pecho un peso,
por corazón una piedra
y amargos los huesos,
no conoce el paisaje
ni las alas del viento,
la locura de amar
en vanos sentimientos.
Nadie tiene derecho
de oponerse a tu arte,
amarrando las letras
hoy el cielo alcanzaste.
01.11.93