En un céntrico hotel de la urbe señorial,
sentados en el lobby y aún sin conocer
dos perfectos extraños, se toman su café.
Distintos pensamientos invadiendo sus mentes,
pensando en el trabajo, el primero se vé,
pensando en la familia y en el ser que se ha ido,
es otro pensamiento, el que parece haber.
Pero aunque están sentados uno al lado del otro,
sus mundos no se cruzan, pues no tienen por qué,
de repente se giran, se ven y se saludan,
sus miradas se cruzan y sus vidas también.
Son dos nuevos amigos que en cuestión de segundos
modifican su vida, pues así debía de ser.