Debes creerme, del confín del mundo
oí tu llamada y vengo a buscarte,
sentía necesidad de abrazarte,
aquí estamos sin perder ni un segundo.
Dos almas en una, están congeladas,
sin palabras, nuestros ojos se hallaron,
la miradas nuestra se confirmaron,
imagenes quedó en el sol calcadas.
Estando unidos, nos trasportó el cielo,
nos hallamos junto en la madrugada
a lo alto en torre de Babel sin grada,
tus labios en mi boca hallo el suelo.
Nutrimos amor en besos arcanos
aun parecían uno nuestras manos.
El señor de los fierros
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