En la tarde hilos de agua disemina el viento,
una cortina inmensa teje de llanto
el firmamento,
el frío que entumece cubre de neblinas el mar, nubla mi ventanal
y la tarde suena a trópico invernal.
La lluvia fría cae lamentándose y su clamor entra en mi alcoba
llenando de tristeza el espíritu que arroba,
despertando en mi alma un dulce sueño de amor, que vuelve a remover en mi interior, el recuerdo de cómo empezó
el incedio de nuestras gran pasión.
Pasión que llenó nuestras vidas de un ansia delirante,
hasta el sutil encanto de la fascinacíón y aunque el destino rompió nuetros ruego y el amor no se consumió en el fuego, aún más se acentuó la angustia de la separación.
Y en esta tarde que el viento
murmura su melodía, recuerdo lo hermoso de nuestras fantasía, que hoy la llevo atrapada con mi melancolía, en el fondo de mi corazón y este triste arrullo esparce la caricia de un sueño evocador.