Con prontitud el destino te cobra,
a pesar tu limpio alias, se dilata
lo que adoré cual reluciente plata.
Tú a quién por ahora, ofreces la sobra.
Por equivocarse a nadie se le ata,
no imagino éxito, nada enarbolo,
sufro mas que tú por hallarme solo
verme triste ni para ti es ingrata.
No deseo verte llorar en muro,
con disciplina saldrás de este apuro
y te veré como antes muy sonriente
frenando obstáculo altiva, de frente.
Te brillará otra vez la luz primera,
también sabes que mi nido te espera.
Autor: Alcibíades Noceda Medina