Se endureció mi corazón de tal manera,
que se ha quedado sin latidos, sin sonido.
Se convirtió en una piedra que lacera,
tuvo vergüenza de estar tan oprimido.
Ya no le queda llanto ni gemido,
ni tiene la ilusión de una quimera,
prefiere ser distancia y ser olvido,
que quedar sin abrigo, sin bandera.
Mi corazón fue una flor en primavera,
un árbol que guardaba en cada nido
el amor con la caricia lisonjera.
Ya no puede ser tierno como era,
porque siente dolor de estar herido
por quien dio con fervor su vida entera.