Anoche te tuve junto a mí,
Sé que me sentiste, sé que te sentí.
En mi sueño descubriste mi cuerpo,
y tu imagen has dejado presente en cada rincón.
En la oscura habitación te busco. ¿ Dónde estás?.
Mi ropa huele a ti y en mi boca queda el frescor de tu aliento;
tu fragancia inconfundible queda en la almohada.
Un suspiro rompe el silencio. no sé si te he soñado, ¿Estabas aquí?.
Tu respirar cálido y esa voz que me decía:
ven, tómame, que hoy no soy una de tus fantasías.
Mi corazón se aceleraba y el pulso corría más rápido;
sentí tus manos apretando suavemente tus senos.
Quería huir, no podía, tus manos tocándome hasta lo mas profundo;
entre néctares y pasiones me deje arrastrar, te ame como se aman los amantes.
Me perdí en tu boca, y succione tus labios;
bajé por tu garganta y el roce de mi lengua erizaba tu piel.
Y ahora recuerdo que nació una chispa que quemaba mi interior,
era fuego que calentaba mis sentidos, locura infinita, gritos y caricias.
Como dulce vino embriagabas por dentro mi desnudez,
y envolví tu cuerpo lleno de calor y deseo.
Locura, realidad, sueño, obsesión.
Eras desde mi interior viajera que seguía mi fragancia.
Una mujer que disfrutaba de mis sensuales movimientos.
Una mujer que logro apagar mis más ardientes fantasías.
Y me he quedado aferrado a tu alma;
me siento diferente, mi cuerpo ya no me pertenece.
Quiero vivirlo y no soñarlo,
perderme entre las sábanas arrugadas y revueltas, junto a tu cuerpo.
oscar goytia