La pluma de la vida,
sigue escribiendo la trama de mi existencia.
Es necesario cerrar los ojos por un instante
y ubicarme en el tiempo ya pasado.
Y me asombro de qué manera
han sucedido tantas cosas.
Nuestra vida es como una novela,
que va naciendo en la imaginación de un autor.
Torno los ojos hacia aquella granja,
donde pasé mi niñez.
Veo aquella niña de trenzas doradas
que subía y bajaba la colina.
Miraba el arroyuelo con miedo
creyendo que el mundo era, nada más que aquello
que el horizonte encerraba.
Después, ya sin trenzas ni riachuelo,
ya no niña, ya mujer
Me veo en otro espacio de roja tierra,
construyendo un amoroso hogar
que fue maravilloso, con la bendición de Dios.
Y acontecieron más maravillas.
Un hijo que llegó
con su cuerpecito de seda, y manitas prestas a las caricias.
Creció, viviendo cada instante
plenamente cada etapa
en un hogar cristiano y fuerte,
donde el amor siempre estuvo presente Llegó el momento de abrir sus alas.
Voló a cumplir sus metas deseadas.
Hoy la vida gotea en mi pecho,
la nostalgia de mi existencia.
¡Cuán infinita, inconmensurable es la imaginación!
Podemos volar hacia el pasado.
Podemos tocar una estrella con nuestras manos.
Internarnos en mundos celestiales,
donde se escribe despacio la entelequia
con la pluma magistral donde reina el gran Autor.
¿Qué escribirá esta pluma divina
en mis días venideros?
Mecha Foderé