Ahora ha pasado otra madrugada, En que no aparece para alegrarme, Para interrumpir mis sueños con su mirada, Para decirme que no ha dejado de amarme.
Debo de empezar a resignarme a su ausencia, Como lo he hecho desde hace días, Ya no debo de esperar que su presencia, Abrigue mis noches tan frías.
Hay días en que empuja al recuerdo, Alimentando a mi egocéntrica razón, Pero hay otros en los que me pierdo, Y hace que me duela el corazón.
Hay días en que la empiezo a olvidar, Y eso me hace sentir un poco feliz, Y justo cuando casi logro escapar, A ella se le ocurre asomar la nariz.