Ella vino a hospedarse aquí en mi casa
y la creí mi amiga.
Le dí mis pensamientos, mis tristezas,
le contè mis silencios, mis recuerdos.
Supo de las pasiones de mi cuerpo
y de todo el dolor que me castiga.
Le contè mis temores, le confesè mi vida.
Le hize parte de mí, de mi emoción,
supo de mis tristezas, de todo mi dolor,
conoció a ese que llamè yo, mi Amor
y supo como siente mi cuerpo la pasión.
Ella vino a hospedarse y se adueñó de todo.
Se quedó con mis ansias y con mis alegrías.
Se burló de mis sueños y de mis fantasías
llamándose mi amiga, le creí de verdad.
Y sin darme yo cuenta, se quedó, Soledad...