Volví a recorrer sus calles,
a pisar el verde pasto de mi plaza,
a ver los rostros que tantos años
fueron parte de mi.
Cuanto habíamos cambiado,
ni nosotros éramos los mismos,
rostros envejecidos,
algunos guardan alegrías,
otros solo tristezas.
Quería evitar mis lagrimas caer,
debía ser fuerte para decir “Adiós”,
volví la espalda a la realidad
que tanto me había lastimado.
Mire el horizonte,
camine sin detenerme,
allí lejos de mi mundo,
alguien me esperaba,
para darme el amor,
que tantas veces de mi vida
deje escapar