Ya no tengo conejos en la chistera,
Ni polvitos mágicos para volver amar,
El antídoto perfecto quisiera,
Para que por fin la pueda olvidar.
Porque este amor tan desgraciado,
Desvaneció las fuerzas de mi alma,
Este amor es un tema tan gastado,
Que con él perdí la calma.
Ya no tengo plumas en mis alas,
Y propósitos buenos en año nuevo,
Me volví locutor de noticias malas,
Y me llené de bríos tan longevos.
Porque desgració mi amor aquella,
Que nunca regresó mi corazón,
Ella que vive en una solitaria estrella,
Y yo que vivo en este triste rincón.