Carta de jinotega

¿Ves a aquella anciana desvalida?
Esa la que le diera la vida
Al hombre por el cual llora
Hace dos años, se encuentra sola
Pues su hijo permanece en la mazmorra
Acusado de grave delito
Pues dio muerte, en una cantina
A otro hombre, con machete en mano
Por las pasiones
Que dominan
Y nos hacen provocar daños a nuestros hermanos
Trémula y llorosa, se acerca temblorosa
Me da tanta pena verla sufrir
En su mano, una carta lleva
Las noticias, tras las rejas
De su hijo quiere saber
¿Que ha pasado?
No sabe leer
Y en mi ha confiado
En mis manos tomé la carta
Y con voz altisonante
Sobre su vástago prisionero
Le expreso que el primero
Su libertad ha obtenido
Que se marcha al extranjero
Con buen suceso cometido
En un buque mercante
Que le agradece su cariño
Y que le envía delirante
El abrazo más sincero
Ella sonríe complacida
Sus ojos se llenan de vida
Y exclama una letanía
A la virgen de ambrosí­a
Por el futuro venidero
Se estremece de alegría
Pero como yo podría
A su rostro apergaminado
Revelarle
Lo pasado
Y la fatídica noticia
Su hijo
El condenado
Ha sido muerto
¡Asesinado!
Un cuchillo le han clavado
Por asuntos de hombría
Pobrecita, pobrecita
La madre envejecida
Mil veces dio la vida
Por su hijo malogrado
¡No, no revelare lo pasado
Y le mentiré cada día
Sobre su hijo infortunado
Con postales, desde libia
O talvez, desde el Cairo
Budapest o Etiopía
Pues si alguna vez revelo
La fatídica noticia
Romperé en mil pedazos
Un precioso corazón
Junto con él se romperá el mío
Y lloraremos de dolor