Confesiones de una ex

Debo ser la verdad que grita en el silencio,
la voz que muchas veces se ha quedado en el misterio.
No sé si en pro de los pobres infortunados
o en solidaridad de este subestimado
gremio vejado.
A modo de jactancia debo decir,
Yo si sé hablar de estos cuentos echados.
En razón a la verdad y a calzón quitao,
con la honestidad que suele mover mi mano
he de confesarles mis queridos amantes de Neruda
nosotras solo somos las culpables,
y la verdad no somos ese puñado de dechado.
Tenemos la culpa de aquello que sus versos lloran,
de aquello que a sus almas resiente,
aquello que a sus corazones agrede
y en constantes tormentos a sus plumas mueve.
La culpa ante la premeditación y alevosía
de decirles con palabras o actitudes disfrazadas
“Lo siento, no insistas,
no puedo entenderte,
hace tiempo que mis ganas
ya dejaron de quererte”
Y es que no conozco a uno que ante la decisión firme
de una ex no ruegue, no llore, no muera,
no se encadene a nuestro querer,
sin dejar en nuestros labios ese sabor a miel y a hiel,
sabiendo que siempre quedaremos tatuadas a su piel
y que aunque se corten las venas,
no tendrán nada más que hacer.
No encuentro uno, que como las ex se cambie hasta lo que una vez fué,
comprenda que nos arrancamos el chip y
aun consumiéndonos en sus camas les dejamos de querer.
Con motivos o desmotivadas se nos acaba la visión del poder ser
y solo reímos al verles perdidos, creyendo que algunas vez
queramos a retroceder.
¡¡Respira hombre respira¡¡
¡¡Despierta de ese sueño adusto¡¡
No ves que solo nos sirves para elevarnos el ego,y para llenarnos de susto
ese que solo nos hace pensar:
“Este solo se encuentra peor que antes de lento”
¿Nos vas a seguir dando ese gusto?
¡¡Caramba¡¡.Si que perdimos el tiempo,
el hombre tenáz y fuerte que creímos un día
solo se ha vuelto un esperpento.