Apareció tu rostro:
sonrisa árida,
trenzas de viento sin color.
El templo era la roca,
la sequía de tu sonrisa,
El angel nocturno,
entrego sus marcos conventos,
y cactus.
El manto del desierto,
primo hermano del viento fuerto,
tendió su música,
aullido de tierra y humo.
Lamento de manecilla,
allí por los cactus grises,
del alba polvienta,
se levantó un ladrido.
De los monjes de rostro seco,
y la iglesia de polvo milenario,
y desfiló con remolinos,
con desesperanza.
Dando tumbos de monte en monte,
de cielo en el suelo,
de huracán de soledad,
hasta terminar agotado,
a los pies frescos
de una nueva primavera.
9/29/06
autora sagitaria del mar copyright 2006
Todos los derechos reservados.
. el manto del desierto ante arenas colmadas de mutismo y vapores donde asoma la aridez un manto de soledad se explaya lobrego sombrio como la soledad en la vida misma. muy bien SAGITARIA DEL MAR...querida amiga tanto tiempoo sin mirarte hoy paso por aqui y tu nombre agranda lñas letras poetisa encantadora. tiempos aquellos que convocan añoranza. que tengas un buen dia y un gran diez con gusto. .