DESVARÍO

Apretado

entre tanta distancia

fue cuando pensé en repasarte

con mis manos extendidas,

y los labios embravecidos;

es que en el reventar

de la espuma lacerante

que abrasa el tibio rumor

de los bordes dormidos,

en ese despertar ya mudo

de caricias encendidas

que recorren sin afán

los extremos de la piel,

en ese sordo recorrer

de  los besos en cabalgata,

lacerante mordía

los tibios gemidos

que el viento en agonía

posaba sus filos,

deliciosamente;

como lamiendo el néctar

que destilaban tus bordes,

en el vibrante reventar

de tus espasmos apasionantes,

rindiéndote en el ocaso

de otro súbito despertar,

dilatando en el éxtasis

una tarde en la agonía,

desgastada en las caricias

de un quimera en madrugada.