Diademas.

He visto crecer la jungla de cemento

entre dones y hàbitos mal habidos.

con la pluma del poeta en cemento

y los dedos del alma con olvidos,

he vallado siembras y caminos

con el olor de la hierba ensombrecida,

cada tanto me devengo en esos ritos

y a ciencia cierta me devuelven varias vidas.

He fingido amor, orgasmos y hasta ciertas

acciones pùdicas entre tus piernas florecidas,

sin pensar que a cada rato viven muertas

las excequias de las tumbas casi tibias.

Y he dormido el sueño de cada batalla

en brazos de amantes pasajeras...

formas concretas de pensarte aunque callas,

diademas sueltas que vigilan tus veredas.