DULCE NIÑA MIA

Dulce niña mía que duermes en el tiempo

Tiempo que un día nos mantuvo unidas

, tiempo que ahora azota mis heridas

Separándonos más y más empujada por el viento.

El recuerdo no es suficiente, pues quisiera tocarte

Reír contigo, como antes, de la  vida, de la suerte

Oír tu voz resonándome tan fuerte, tan fuerte

Que se convierta  en motivo que pueda palparte.

Dulce niña mía que duermes en el tiempo

Cuanto quisiera tocar las puertas que te encierran

Sin que mis toques te maltraten o te hieran

y que me permitas recostar, junto a ti, en tu aposento.

Las luces del día son noches eternas para mí

No encuentro sabor a nada, en todo lo que hago

Ya no lloro por fuera, lloro por dentro y me ahogo

Anoréxicamente busco el descanso junto a ti.

Siete meses profundos tan profundos  como el mar

Con sus olas que embisten fuertemente cada mes

Sin descanso me golpean  una y otra y otra vez

Arrastrándome en corrientes de dolor sin cesar.

Abre tus puertas, escucha mi tocar

Nada hago aquí, nada tiene sentido

Si  sabias que esto pasaría,  ¿por qué antes de haberte ido

No buscaste el medio para poderme llevar?

Dulce niña mía, siete meses nos separan

Como muralla de hierro impenetrable

Cada mes es un puñal de azote irremediable

 Que desgarran, sangran, me hacen sufrir pero no me matan.

Intento entender esta vida sin ti, y no puedo

¡Cuán fuerte es este dolor!, dulce niña mía

Todos los días te hablo como antes lo hacia

 Esperando tus respuestas, hasta que dormida quedo.

Dios tenga misericordia de mí por llorarte tanto

Y  me conceda el consuelo que necesita mi alma

Para aceptar que estas con El en eterna calma

Cobijada en sus brazos con Su sagrado manto.

Suspiro ahora que en esto estoy pensando

Y el dolor ha quedado mitigado en parte

Recordando que aunque yo nunca voy a olvidarte

Estoy segura que  en El tu estas descansando.