El dia que hirieron a mi caballo

Nos encontrabamos caminando un dia con mi caballo,
entre montañas, en el medio de la guerra civil,
que hubo en mi pais;
y como estabamos en territorio mas o menos liberado, cabalgabamos con cierta confianza
entre pueblo y pueblo,
para llevar asistencia medica, a quien lo necesitara.
Saben?,
hubo alguien que antes nos dio ese ejemplo,
aqui en mi diminuto pais;
y como idealistas y soñadores, hubimos muchos,
que infructuosamente le tratamos de imitar.
Ese grande fue : El CHE.
Pero no he mas de divagar,
por que todo lo que el, nos ayudo,
aqui no lo puedo contar; tal vez mas adelante.
En fin, cada cierto tramo, en lo alto de los montes,
veiamos un posta, con señal acordada,
y la claridad del camino nos alertaba,
para poder proseguir.
Pero ese dia, no encontre la vista pactada,
y con mi caballo, nos comenzamos a inquietar.
De pronto de entre unos matorrales,
salto de improviso un soldado,
y como de ellos era la costumbre,
con un balazo, tuvo a bien saludar.
No se..
hasta el dia de hoy, yo creo que mi caballo,
se quizo la gloria de ese combate llevar;
pues segundos antes del fogonazo,
se paro en sus dos patas traseras,
y del peligro me aparto.
No se..
Respondi como pude con mi fusil,
y como era de esperarse,
al ver la resolucion de la voz de mi metralla,
el combate no quisieron entablar.
Mi caballo al galope comenzo a cabalgar,
y aquel camino que haciamos en hora y cuarto,
en veinticinco minutos los volo.
Cuando llegamos,
a un lado del camino se desplomo.
Entonces pude ver,
que el artero mensaje que a mi era dirigido,
en su cuello lo recibio.
En la revolucion, queridos amigos,
uno ve de todo, en todos,
y las distintas folosofias religiosas, igual;
y a mis dirigentes, catalogados entre los ateos,
suavecito, cuando extraia la bala de mi caballo,
los escuche rezar.
Tres dias permanecio aquel jumelgo postrado,
y yo dormia junto a el;
pero al amanecer del cuarto,
a mi lado estaba parado,
y me miraba como preguntandome :
" Que, toda la guerra la pensas dormir?".
Inmediatamente lo abraze y lo bese,
y despues de corta convalecencia,
volvimos de nuevo a caminar.
Y alli compuse otra prosa,
que en la siguiente la he de recitar.