El misterioso destino

Con sorpresa y gran asombro,

en mi correspondencia encontré,

una carta muy emotiva

de una mujer desconocida.

Con palabras delicadas

exponía, que en épocas pasadas,

gran amiga de mi hermano fue.

Y mucho anhelaba saber de él.

Que en un cofre tenía guardado,

un racimo de bellos poemas 

que otrora, él le había dedicado.

Presurosa y muy consternada

le respondí inmediatamente;

que el poeta que buscaba,

desde hacía treinta años ya,

en el cielo se encontraba.

El misterioso destino

nos puso en el mismo camino.

Quizás por guía de mi hermano, 

que desde el recuerdo nos mira

y, quiso que le conociera.

Aquellos versos de terciopelo

ahora tengo en mis manos.

Aquellos que le dedicara

en tiempos peregrinos.

Se ha roto el silencio ufano,

y por un hueco del cielo

sus dedos nos han tocado.

©Estela Foderé

Todos los derechos reservados