ELÍPTICA

Orbita fatal,

armella elíptica

de universo fugaz.

Elipse hedónica

que no contempla

los convites de mis instintos.

Dramaturgia de paisajes

conversión pictórica de Rembrandt.

Busco en Dalí la cuarta esencia,

expectativa escurridiza

perfiles de pleamares espumainquieta.

Voluptuosidad de atalaya

suprema magnificencia

felina alienación

glamor floral aromas de querencia

Pistilo azul de mi impaciencia.

erguida la vi entre lo blanco, 

 

Que ni en Paris

las acuarelas de Chagall

exponen su oferta.

Yo solo busco los ojos

más dulces del planeta,

Los cuellos largos

de Modigliani

delgadez imperfecta

En ritmos góticos

esferas bizarras sobrevuelan

el humo del tabaco bruma espesa,

Me arrojé a la mar en su olla de salmuera,

Noche estirada hasta primavera.

El viento ronda en gimoteo

se degüella como una hidra de siete cabezas

con cirujana prefinición filosas lentejuelas

cristales en las gabarras

de orines y sables piratas

lúgubres maderos de vampiresas.

Entraré como cualquiera

a iluminar sus frutos pálidos

con la luz de mis ríos claros.

Se aproximaban  pupilas egidas, 

los cuerpos habilitados

colmada espesura de labios,

De vals y danza son sus facetas

me invita un pie

con su zapato de cadencia

Sensual escena reina de tez mora,

rucio esteta

salimos húmedos a las cornisas

con licores que nos representan

mordiéndonos hasta las lenguas.

Ella y yo carrusel que gira

danza manifiesta.

Cabellos áureos

de Midas recién bañado.

Rota el oro en sus pupilas

Oquedad henchida de sal sosiega.

Oval Melopea como girasol se dobla

su tremebunda silueta

Sarcasmo de briza halito a menta.

Fatal mujer de piel morena

entro en la efigie lenticular

de la demencia.

Estruendo sísmico

metamorfosis líbida

de manantial acuoso

gravita en órbita por sus caderas

Termas salitres

de vetas subterráneas

Afloran labios de cataclismo

por las cascadas gotón marino

Encrespado entre espadas rotas

la danza magna el fin agasaja.

Seísmo intenso palmo badanas de piélago

refrescantes y tranquilas.

Caía entre mis brazos 

soledad de lirio 

acalladas las manos, 

las venas detenidas,

plegados párpados, 

en la frente, 

desterrado el aire tan fatigado, 

en desamparo callada, 

proclividad de polvo y humareda, 

Nos vamos como con dos sombras en una silueta

incógnitas bocas reencarnadas en existencia.