Epinicio a un Poeta

Amaneció temprano, una mañana de nubes agoreras y lluvia con granizos
Gélido día de garúa avinagrada la que designaron al poeta para su partida
Cantos funestos, anuncios necrológicos, aguardando el final de su agonía
Sus ojos traspapelados, enormes circunferencias de pupilas desorbitadas
Trata de organizar su pensamiento con los últimos destellos de cordura
Su cráneo obnubilado, es zangoloteo de apáticas proposiciones de muerte
Sus arterias ya desequidas de toda esperanza y depauperadas de toda plasma
Desfallece el poeta en desasosiego y pena, abrumado por cruentas heridas
Toda idea, es como un heraldo reencarnado en los recuerdos del pretérito
Sus manos gesticulantes aún desean escribir aunque sea la última trova
Comulgada está su alma, exenta de eclesiales preceptos y pecado original
Le imputarán de ser el primordial verdugo de su propia decadencia moral
Desterrados serán sus versos hacia un ámbito de vacuo y lóbrego mutismo
Cosecharán su idealista prosa de todo libro que procreara hasta erradicarle
Sin permitirle retractarse de nada de lo escrito en las paredes de su propia recámara
Sin consentirle la contradicción a las imágenes reflejadas en espejos impropios
Hay un espeso silencio, pués el poeta y su creación están al filo de la muerte
Ya no se escucha su respiración, ni los murmullos, ni los dolientes gemidos
Agoniza el poeta, ahora es sombra que cabizbaja se va levitando de su cuerpo
Arrastrando dolor, y desventuras que con perniciosa saña le inoculara la vida
Tañen las campanas por el óbito de quien fuera verbo y ahora muda consonante
Ha muerto el poeta en una fría mañana de lluvias congelads y sin reconcomio
Endomingan al extinto diminutos elfos gestados en las fantasías de sus versos
Liliputienses hombrecillos que creara Swift en sus fantasmagóricas novelas
Quienes maquillan al demacrado occiso con mágicos menjurjes colorantes
Y con brochas sumergidas en concreto armado eternizan su benigna sonrisa
Su cuerpo antes semillero de lúbricos cantos será víctima de retrógadas larvas
Sus substancias idealistas habrán de fertilizar la tierra para que germine vástagos
Creadores de futuras generaciones de poetas que reciten eternamente sus poesías