ESTAMPA

"ESTAMPA"
Al caer la tarde
suenan las campanas
en el campanario
del vetusto templo.
Yo camino al lado
de mi bienamada
muy emocionado
mientras la contemplo.
Vuelan las palomas...;
pero soy cobarde
para darle un beso.
"Las mandarinitas
aún están verdes"
-me dice-
y ¿qué importa
mientras yo camine
tan cerquita de ella,
mientras adivine
que la quiero mucho
y que mi cariño
pueda demostrarle?
Entramos entonces
aún de la mano y
de común acuerdo
al recinto sacro.
Todo está tranquilo.
Una viejecita
plantada en la puerta
vende escapularios
sin dejar sus rezos.
Puestos de rodillas,
a Dios le contamos
lo nuestro...
El Buen Dios sonríe
y nos guiña un ojo.
San Martín parece
correr el cerrojo
mientras a sus ratas
les reparte queso.
Vamos a una nave
del vetusto templo
y al caer la tarde,
bajo un santo Cristo,
yo le estampo un beso.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)