JUNTOS PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO

Y qué más da.

Si en el fondo te da igual.

Nunca fuiste rico: no era necesario.

Qué más da no desmarcarse de la multitud,

sólo eres un triste exponente de la mediocridad.

Y qué más da, ser pisoteado, ninguneado,

atrapado por las redes de los grandes pescadores,

llámense marcas cosmopolitas, transnacionales.

Mejor la posibilidad de compartir tu fracaso con miles de humanos

que empezar una tarea heroica bajo riesgo de ser tildado de loco o atolondrado.

El éxito contiene sesgos de originalidad,

y la mayor derrota consiste únicamente en nunca haberlo intentado.

No te culpes, o hazlo, cúlpate. Es tu decisión.

Puede ser un héroe, un triunfador,

o un don nadie, y además, un tipo criticón

sentado cómodamente en un macilento sillón.

Fracasa quien no piensa, critica, censura o avanza,

sólo permanece anclado, anclado,

sin explotar sus facultades, que son múltiples.

Somos más de lo que nos hacen creer,

más, mucho más que cualquier poema que puedas leer,

canción que puedas escuchar, ídolo o tipejo al que puedas admirar.

Mucho más que un presagio confinado en la guarida del miedo,

que no huye de su confinamiento porque aprendió

a valorar su condena como un signo de obediencia,

Un valor que sigue aumento.

Eres único, pequeño dios, no una simple rastrojo,

ameba, pequeño individuo al que hipnotizar,

una cucaracha más a la que aplastar.

o un desengrasado tornillo al que ajustar,

un clavo al que aporrear en el muro de las lamentaciones.

No eres nada más que un simple engranaje.

No eres nada. No pintas nada.

Es triste. Pero lo sabes.

Así te han adoctrinado, pequeño saltamontes.

¿No es tiempo pues para empezar a cambiar tu mentalidad?

¿De destronar a todos tus ídolos mundanos o extemporáneos…?

De una Maldita Vez.

Visionarios, locos (de motivación), de fe en sus posibilidades,

Los rebeldes, los inconformistas, los tozudos,

son los únicos que cambiarán el mundo.

Un peón amaestrado jamás tuvo opción,

Más que dejarse empujar sobre el lodo.

Y el tipo más cuerdo sólo asiente la cabeza ante el reinado

de las costumbres y la tradición.

Sólo los aspirantes a Galileos cambiarán el mundo.

Los que derrocan antiguos Dioses en pos de un Mundo de Razón.

Sí importa tu presencia, tu opinión, versada o no,

sal al mundo, al ruedo, y exprésate,

no eres una pincelada sin ton ni son,

eres un ser humano, un cuerpo humano, una mente,

una posibilidad infinita de creatividad,

una posibilidad de grandeza,

en un mar de oportunidades.

Cree en ti.

Yo creo en ti.

¿Y qué más da lo que digan los demás si

sus opiniones coartan tus sueños más profundos?

Impedirán que se conviertan en realidad.

Espero tu respuesta.

Juntos podemos cambiar el mundo.