No me dejes aquí desgreñada y errante
no te marches ahora , que ya no temo a nada
me vestiré de rosas y coloreare mi semblante
para que te quedes a compartir mi alborada.
Quédate a mi lado, aunque sea un instante
algo te atormenta, lo percibo en tu mirada
no temas herirme, te escucharé sin quejarme
aunque sé que tus palabras, serán puñaladas.
Tanto te conozco que no puedes engañarme
libérate de ese secreto que te aprisiona el alma
lo he leído en tus ojos, cuando me miraste:
es muy simple querido, ¡ya no me amas!.
No te reprocho nada, pues mucho me amaste
testigos los sueños que dejaste en mi almohada,
me quedan los recuerdos de lo que me entregaste
con la esencia de otro tiempo en el cual me amabas.
Ahora si, amor mío, puedes marcharte
emprende otro camino, te dejo ir en paz
sólo un beso dame, será el último que guarde,
ahora que susurra en mi estancia la soledad.