Cuantas veces cerca de mi te mire,
Y tu simplemente me ignorastes;
Y aun cuando mis brazos
Para que me llevases contigo, Innumerables veces alze,
Solamente a caminar conmigo,
Te dignastes.
Tus labios suaves con un leve tono carmesi,
Tan solo una vez en mi frente posastes,
Mas sin embargo el deseo de tenerte
Por siempre en mi dejastes;
Y de hacerte finalmente mia,
Para poder amarte sin frenesi.
En la paz de tu vientre
Quisiera descansar por siempre,
Y dormir por fin arrullado,
En el amor que solo tus brazos
Me han brindado,
Pues se que no existe en nadie,
La ternura que solo tu
Me puedes ofrecer.
Ah,mi dulce muerte,
Y aun cuando muchos
Han llegado a temerte,
Yo espero por ti en cada alborada,
Pues se que al fin
Con tu llegada,
El grato sello de la labor cumplida,
Habre de ponerle al fin a mi vida;
Y contigo mi dulce amada,
Podre una linda historia,
De nuevo comenzar.
Te espero.