Las niñas del diván ( soneto sáfico tridecasilabo)

Mientras la noche las miraba estupefacta

al capturarlas con  sinuosa piel felina;

las niñas que usan el  diván de muselina

se regodean con pasión su lengua  intacta.

Emergió así su majestuosa piel compacta

toda la magia convirtió la noche albina;

otro placer la pecadora  mano atina,

a acariciar virginidad estupefacta.

Y mientras vuestra castidad cayó en derrota,

del interior y pasional primer encuentro,

en la suprema convulsión que juntas gozan.

Toda la flama de su cuerpo ardiente explota,

iluminando sus figuras en el centro,

luego con polvos marginales se retocan.

Marta Marques