Como el silencio que silva en tu oído
soy tuya con mis gritos y quejidos
comencé a quererte por capricho del corazón
triste insensato que no respeta razón.
Aunque mi sensatez se resista, se dibuja en mis pupilas
el deseo que se asoma como agua cantarina…
No lo creo, no lo consiento, pero ese es el caso ¡ tan cierto!
que son hechos consumados, hoy te quiero, te pienso
y es suicidio arrastrarme tras tus pasos… ¡que funesto!
Te he empezado a querer, después de negarte tanto
de mirarte con espanto, de rehuir tu mirada
de refugiarme en otros brazos, terminando extasiada…
que no hice para evitar esta cadena de amores
que me amarra, me hipnotiza, me llena de temores.
No hay caso, con este caso, es un error de proporciones
he empezado a quererte, perdiéndome en tu devaneo
hilarante muero tibia, pues no tengo una salida
agonizo si estoy a tu lado, pero sin ti no hay vida…
El caso es que empecé a quererte
Y por quererte ya muerdo, las espinas de tus rosas
Entre susurros quietos
¡Que abrazan la triste comparsa que le das a mis lamentos!