Es una mañana fría, te cobija una pena
el requiebro de la ternura resulta ajena.
Nunca más la locura, nunca más el amor
la noche se llevo la risa, dejando el dolor.
Como tú lo quisiste, como él te quería
Nunca el río, nunca el mar que los estremecía.
Ya no más el cielo y sus ocasos cómplices
que supieron de sus largas noches.
Nunca nadie, nadie nunca…
como quisieron serlo a la hora del vino y la esperanza
Solo un sosiego, tan solo una carta
que oscureció tu vida y tus ansias.
Nunca nadie, nadie nunca
Nunca,
Nunca
¿Nunca más?.