Mi grosera urgencia

Que solo por urgencia vi manchado

todo mi amor, mi bien, y mi decencia,

cuando mi cuerpo nudo en tu presencia

pedía a gritos ser tu bien amado.

Pero mi entendimiento desgraciado

no fue capaz de comprender la escencia

de tu desprecio, mi grosera urgencia,

al ver menoscabado mi bocado.

Aquella que lo vió crecer no entiende,

que por la gravedad del caso baja

y ante tal circunstancia no trasciende.

Si mezclamos de nuevo la baraja

y repartimos naipes no sorprende,

que en otra situación, quizás encaja. 

Marta Marques